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CUBA Y LA
SIP
Por
Francisco H. Tabernilla
Con motivo de conmemorarse el
24 de octubre el Día del Periodista, considero oportuno y saludable comentar el
artículo escrito por el periodista Roberto Fabricio, director asociado de El
Nuevo Herald titulado 40 Años de Oscuridad, al presentar su renuncia como
vicepresidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP).
Fabricio nos recuerda que los
40 años de oscuridad comenzaron en Cuba cuando él tenía 13 años de edad y
después de 14 años de estar presentando a la SIP el informe sobre Cuba, nos
dice: me retiro de las funciones de vicepresidente regional para Cuba de la
Comisión, confesando pesadumbre de sentirme fracasado en mi intención de
contribuir al incremento de la libertad informativa en mi país de nacimiento.
Confieso un agotamiento en esta tarea que me viene en gran parte de la profunda
tristeza. En 1995 llegué a visitar a los periodistas independientes en La
Habana, experiencia que tuvo un profundo impacto en mí, al constatar la vida y
los sacrificios de esos valientes informadores. En aquella ocasión hasta hubo
una conversación con el presidente de la Asamblea del Poder Popular, Ricardo
Alarcón, a quien con autorización del presidente de la SIP le pedí permiso para
una visita oficial a Cuba. Su respuesta fue:"Ese es un club de dueños de
periódicos que serán siempre hostiles a Cuba. No tenemos nada de qué
hablar".
Esta respuesta tajante y
sincera que recibió la Comisión de la SIP a través de Fabricio es el
pensamiento exacto del régimen, es la repetida respuesta que reciben los que
todavía piensan que con Fidel Castro se puede dialogar y llegar a un
acercamiento o compromiso beneficioso para el pueblo de Cuba. Lo cierto es,
como lo manifiesta Roberto Fabricio en su artículo-renuncia: "en las
vísperas del siglo XXI, en el mismo centro geográfico y estratégico de nuestro
continente existe un país donde desde hace 40 años no se publica ni una palabra
fuera de la autorización de un régimen totalitario de extirpe
marxista-leninista. Es un fenómeno que increíblemente ha sobrevivido el fin del
comunismo y de la misma Unión Soviética. En 1990, en la convención de Kansas
City, tuve el honor y a la vez el pesar de presentar un homenaje a las
publicaciones cubanas miembros de la SIP que fueron expropiadas en 1960. En
aquel momento, a los 30 años de oscuridad dictatorial, José Ignacio Rivero, el
último editor de El Diario de la Marina de La Habana, nos recordó que cuando
cayó el manto del oscurantismo sobre Cuba existían 33 publicaciones miembros de
la SIP que dejaron de existir en pocos meses. Rivero nos recordó la obligación
y hasta la deuda que tenemos todos de apoyar a los millones de cubanos con
hambre de información y con ansias de libertad de ser informados".
En el exilio la clase
periodística cubana no ha olvidado sus deberes ni a su colegas en la Isla
prisión. En el "Día del Periodista", el Círculo Nacional de
Periodistas de Cuba se reunía durante una sesión-almuerzo en el club Big Five
de Miami para rendir tributo a su clase y el Colegio Nacional de Periodistas de
la República de Cuba en el Exilio, congregaba a sus miembros en el Renaissance
Ballrooms, en otra sesión-almuerzo, con el mismo objetivo y tan señalado y
patriótico fin. ¡Honrar Honra!
Mientras, se efectuaba en La
Habana la lamentable visita del gobernador de Illinois George Ryan y una
comisión de 45 figuras estatales, religiosas, universitarias y del ámbito de
los negocios, para una estancia durante la cual se propone entregar más de un
millón de dólares en donaciones de carácter humanitario con el propósito de
prolongar la estancia en el poder de la tiranía que la esclaviza y dilatar el
sufrimiento del pueblo cubano. Esto más que un reto a los principios del exilio
intransigente y beligerante constituye un sarcasmo a su país.
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10/12/99