La historia no lo absolverá

lo condenará

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

La campaña de Fidel Castro, el tirano de Cuba, contra el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA)  y sus críticas a la Carta Democrática de la OEA, son dos poderosas razones para que se haya visto precisado a cancelar su asistencia a la XI Cumbre Iberoamericana celebrada en Lima, Perú, que concluyó el sábado 24 de noviembre 2001, en Lima, con 63 puntos que reafirman el compromiso de los gobernantes americanos al pleno respeto a la democracia pluripartidista y la creación de una estrategia para la participación de sus nacionales en el sistema económico y financiero mundial. La Cumbre fue enérgica en su pronunciamiento contra el terrorismo internacional, al condenarlo y pedir la desaparición de los “santuarios terroristas” en que se han convertido algunas naciones, tema que toca muy de cerca a Cuba.

El pretexto de Fidel Castro de que estaba muy ocupado atendiendo a reparar los destrozos causados a la isla por el huracán “Michelle”, al que calificó al principio como un “cicloncito” sin importancia, nadie se lo cree ya que ha dedicado varias horas diariamente ante la televisión oficial y su presencia ha sido destacada por la prensa como de trabajo y preocupación en las visitas que hizo en un recorrido por varias zonas de la provincia de La Habana, incluyendo sus planes secretos con ciertos magnates americanos encargados de suministrarle alimentos y medicina que por valor de 30 millones piensa adquirirr en los Estados Unidos.

Otro de los factores que pudieran haber influido en su ausencia de la XI Cumbre es el temor a quedar aislado, toda vez que la agenda de la misma contradecía esencialmente todas sus posiciones en lo que se refiere a su contenido político y económico.

No obstante, la XI Cumbre no estuvo a la altura de las circunstancias en que se desenvuelve el mundo de hoy. Indiscutiblemente que los integrantes de la XI Cumbre recibieron con alegría la noticia comunicando la no presencia de Fidel Castro en el evento, ya que evitarían estrechar la mano de un reconocido personaje antidemocrático y prominente terrorista internacional, pues al final les faltó el acuerdo de condenar su actitud por no haber cumplido ninguno de los acuerdos firmados en las Cumbres anteriores e impidiéndole asistir a las reuniones futuras de los mandatarios democráticos elegidos por sus pueblos, donde un dictador como él no debe tener cabida.

El único gesto significativo y directo contra la persona del tirano fue el del presidente peruano Alejandro Toledo, quien condecoró a su compatriota, el notable escritor Mario Vargas Llosa, con la Orden Sol de Perú en el grado de Gran Cruz con diamantes, la más alta condecoración que confiere el estado de Perú. En sus palabras de agradecimiento no perdió la oportunidad de hacer una merecida alusión a Fidel Castro que fue estruendosamente aplaudida al declarar: “Qué honor y qué alegría que por primera vez en sus 11 años de vida la Cumbre Iberoamericana se celebra sólo con la asistencia de jefes de Estado y de Gobierno democráticos, nacidos de elecciones libres, respetuosos de la legalidad y de la libertad”.

Recuerdo la frase de Fidel Castro cuando el juicio del Moncada, “la historia me absolverá”, pues bien ya será más que condenado por la historia, así lo pone de manifiesto su paso de más de 42 años gobernando despiadadamente a un pueblo. La historia jamás lo absolverá reconociendo los miles de cubanos fusilados, cómo ha destruido a una nación próspera y feliz ahora reducida a la más espantosa miseria y la más brutal tiranía, cómo ha arruinado a Cuba sin lograr nada en su beneficio, al ver cómo en 42 años ha aplastado la zafra azucarera, dejando sin trabajos a miles de campesinos; la historia jamás lo perdonará. Y ahora se empeña en pagar al contado 30 millones de dólares en alimentos y medicinas que el gobierno de Estados Unidos le ofreció gratuitamente, en lugar de usar esos 30 millones para aliviar aunque sea en algo las miserias de sus compatriotas damnificados y que incluso podría adquirir productos similares en mercados más baratos de América Latina. ¿Qué tratará de demostrar? ¿Cuál será su nueva maniobra? Sus acciones no tienen sentido. Sólo le interesa imponer su autoridad.

El júbilo, cuando desaparezca de la escena política de Cuba este monstruo sin conciencia será muy superior al entusiasmo desplegado por los cubanos el 20 de Mayo de 1902. Cuba, por segunda vez en su historia, será libre, democrática y soberana. Ese día llegará, con la ayuda de Dios.

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11/26/01

 

 

 

 

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