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El
terrorismo acecha
Por
Francisco H. Tabernilla
Estamos en guerra. Mucha gente todavía no se han dado cuenta de la
peligrosidad del enemigo que nos acecha: el terrorismo internacional que posee
grandes recursos económicos e inclusive naciones que protegen y apoyan las
acciones terroristas que tantas miles de muertes inocentes están causando a la
humanidad en estos días cruciales que estamos viviendo. Siete países han sido
oficialmente declarados terroristas por el Departamento de Estado de los
Estados Unidos: Irán, Irak, Libia, Siria, Sudán, Corea del Norte y Cuba. (El
caso de Cuba es único ya que firmó la convención antiterrorista de las Naciones
Unidas y en octubre del 2001, calificó la guerra antiterrorista lidereada por los Estados Unidos como “peor que los ataques
originales del 11 de septiembre, militarista y fascista”).
Ataques como los de 11 de
septiembre es muy probable que vuelvan a producirse. El grupo de terror Al-Queada está tratando de reorganizarse, así como otros
grupos terroristas que están en perenne acecho y elaborando constantemente
planes de terror y destrucción contra las naciones democráticas del mundo. Basado
en informes fidedignos el Presidente George W. Bush anunció una nueva estrategia antiterrorista ante mil
graduados en la Academia Militar de West Point, a los que les dijo: “que la doctrina de contención y
disuasión de la Guerra Fría se habían vuelto irrelevantes en un mundo donde la
estrategia para derrotar a los nuevos enemigos de los Estados Unidos consistía
en golpearlos primeros; si esperamos hasta que las amenazas se materialicen, habremos
esperado demasiado. Tenemos que llevar la guerra al enemigo, alterar sus planes
y confrontar las peores amenazas antes que se materialicen”. Y como para
aclarar que pasaremos de la defensiva a la ofensiva añadió el Presidente Bush: “La única vía de salvación es la acción y este país
va a actuar, pues inclusive estados débiles y grupos cerrados pudieran
conseguir un catastrófico poder de golpear a grandes naciones”.
No quisiera alarmar, pero sí
advertir a la ciudadanía en general que la amenaza que se cierne sobre Estados
Unidos es seria y debemos de ponerle la mayor atención. La tecnología ha
avanzado mucho y en manos de grupos radicales es muy peligrosa, por eso el
Presidente Bush expresó con énfasis, “no dejaremos la
seguridad de Estados Unidos a la merced de unos cuantos tiranos y enloquecidos
terroristas”. “No puede haber neutralidad entre la justicia y la crueldad,
entre el inocente y el culpable; estamos en conflicto entre el bien y el mal;
confrontándonos al mal y los regímenes fuera de la ley no estamos creando un
problema, estamos revelando un problema. Y nosotros dirigiremos al mundo
oponiéndonos al mal”.
Mientras, el tirano de Cuba,
Fidel Castro reunía en la provincia oriental de Holguín a unos cuantos cientos
de miles de esclavos para contestarle al Presidente Bush
sus palabras con motivo del centenario de la República de Cuba el 20 de mayo
del 2002 en Washington y Miami. Fidel
Castro negó que su régimen fuera una “tiranía” y la arremetió contra el
Presidente Bush, al que se refirió como “señor W”,
calificándolo de “tonto”. Los obligados asistentes a la concentración fueron
transportados en autobuses, camiones y carretas remolcadas por tractores desde
las provincias aledañas desde la noche anterior, según reportó la agencia Reuters,.
Castro aseguró que fue “ïrónico” escuchar al “señor W” hablar de independencia y
libertad en los discursos de Washington y Miami, pronunciándose por el mantenimiento del embargo y exigiendo
reformas democráticas. “Su insulto es gratuito” enfatizó Castro, que no se
queje después de nuestras duras respuestas, agregando: “Especial énfasis puso
el señor W en la defensa de la propiedad privada, como si ésta no existiera en
Cuba”, recalcó Castro, asegurando que la revolución “convirtió al pueblo cubano
en propietario de su propio país”. Señaló que “no hay en nuestra patria un solo
niño mendigando por las calles o trabajando para vivir, sin poder ir a la
escuela, ni tampoco drogas”. “Eso no es tiranía”, afirmó, como lo califica el
señor W “es justicia, igualdad real entre los seres humanos”. Según Castro “vergüenza debía darle al señor
W mencionar sociedades donde reinan la
corrupción, la desigualdad y la injusticia, destrozadas por el modelo
neoliberal, como ejemplo de independencia, libertad y democracia”. Instó al
presidente estadounidense a que “respete la inteligencia de las personas
capaces de pensar” y a que “no insulte a José Martí”, invocando en vano su
sagrado nombre. Deje de buscar frases de ocasión para sus discursos. Respete y
respétese a sí mismo, terminó diciendo.
Los que observaron a Fidel Castro por la televisión lo notaron furioso,
lleno de ira y de odio; incómodo y altivo por la lluvia ya que cuando los
asistentes comenzaron a desperdigarse buscando refugio por mucho que les dijo
que sólo le quedaban por leer tres páginas del discurso continuó la gente dándole las espaldas y
agradeciendo la bendita lluvia que los libraba de tener que escuchar tantas idioteces
e insultos de mal gusto, contra un ciudadano que es un caballero y un hombre que honra la
libertad y la democracia, George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos.
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6/03/02