BRIGADA DE ASALTO 2506

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

 Es un deber patriótico rendirle tributo a los héroes y mártires que pelearon con coraje en las ensangrentadas arenas de Playa Girón hace 43 años que han  convertido a la Brigada de Asalto 2506 en símbolo de lucha por la libertad a un pueblo noble que lleva más de 45 años padeciendo la más espantosa y brutal dictadura que recuerda la América nuestra. El 17 de abril de 1961 se ha incrustado en la historia de nuestra patria como una demostración fehaciente de que los hijos del pueblo cubano están dispuestos a morir por la libertad de Cuba, al igual que lo hicieron Martí, Maceo y los mambises de nuestras guerras por la independencia.

           Los Estados Unidos después de haber cancelado los suministros de pertrechos de guerra al ejército constitucional de Cuba que luchaba contra las guerrillas comunistas dirigidas por Fidel Castro, facilitándoles la toma del poder, rectifica contra el tremendo error cometido al apoyar el movimiento comunista por la complicidad de altos funcionarios del Departamento de Estado, reaccionan a favor de la democracia y organizan lo que puede decirse constituyó el primer ejército contra el comunismo internacional en América al organizarse militarmente la Brigada de Asalto 2506 al mando del capitán del ejército profesional de Cuba, José San Román, G-3 de la División de Infantería en la Ciudad Militar de Columbia, que me honraba en comandar.

          El 17 de abril de 1961 la Brigada desembarca en Playa Girón, dos días después de intensa lucha, el 19 de abril, el jefe de la Brigada, viéndose abandonado y traicionado y, sabiendo que todo estaba perdido espetó por la radio frases muy duras contra el gobierno de los Estados Unidos y contra aquellos que individualmente dirigieron y planearon la operación de desembarco. Los brigadistas fueron víctimas de la madeja tejida por la incompetencia, la ingenuidad, la politiquería y la demagogia imperante en las altas esferas del gobierno norteamericano de aquella época. Todavía, a estas alturas, no se sabe la verdad de esta claudicación imperdonable y por qué los planes alternos que se tenían preparados no fueron ejecutados, abandonando en el campo de batalla a 1,200 hombres que, confiados en el aliado natural, desembarcaron llenos de valor, patriotismo y esperanzas con la convicción maravillosa de que iban a liberar a la patria de las garras del comunismo sangriento y brutal que la oprimía.

          En esta acción no estaba solamente en juego la libertad de Cuba, sino la libertad de América toda, ya que ese inmenso error político-militar determinó la consolidación del régimen totalitario que la antigua Unión Soviética impuso al pueblo cubano. Esa dictadura fidelocomunista, cumpliendo instrucciones del Kremlin entrenó y organizó movimientos comunistas subversivos en El Salvador, Guatemala, Perú, Colombia,, Venezuela, México y Argentina, culminando, en 1979, con la toma del poder en Nicaragua por otro gobierno marxista-leninista. Fidel Castro recibió miles de millones de dólares de la Unión Soviética llegando a tener el mejor ejército equipado de Latinoamérica. Inclusive envió más de cincuenta mil hombres al África, donde más de diez mil cubanos perdieron la vida luchando por una causa que ni sentían ni entendían, como era el plan de dominación mundial del comunismo internacional.

          Hoy recordamos con admiración y respeto a todos los caídos, víctimas del sistema de opresión política existente en Cuba. Para todos los que han caído vaya el reconocimiento de la Patria Libre y nuestra plegaria  al Dios justo y misericordioso por su eterno descanso. Que su ejemplo sea acicate de las nuevas y jóvenes generaciones cubanas para romper las ataduras impuestas por un nuevo entendimiento -al igual que rompimos la humillante Enmienda Platt en 1934-, el Entendimiento Kennedy-Kruschef, informal, inmoral e ilegal,  vigente desde octubre de 1962, y mantenido con hipocresía y falsas promesas por todos los presidentes de los Estados Unidos, demócratas o republicanos,  desde aquella fecha memorable y luctuosa en los anales de la historia humana hasta el día de hoy impuesta al pueblo de Cuba por las conveniencias internacionales de Estados Unidos.

          Cuarenta y cinco años lleva en el poder el tirano Fidel Castro, indiscutiblemente que la actitud pasiva e indiferente de Washington y otras naciones latinoamericanas son una ofensa a la noble causa de la libertad de Cuba y un bochorno para la Democracia en el Continente Americano.

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04/12/04

 

      

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