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EL DESEMBARCO DE NORMANDÍA
Por
Francisco H. Tabernilla
El desembarco de las tropas aliadas, norteamericanos, ingleses y canadienses, en Normandía el 6 de junio de 1944 (hace 60 años), constituyó una de las operaciones más complejas y agresivas que se llevaron a cabo durante la Segunda Guerra Mundial. También fue la más decisiva, pues les dio el triunfo a las fuerzas aliadas que luchaban contra la ocupación nazi de Europa.
Me acuerdo que ese día histórico para la humanidad, estábamos estacionados en el campamento militar de Fort Knox, Kentucky, cinco oficiales del Ejército de la República de Cuba recibiendo el curso básico y el avanzado de tanques: Tomás Cabañas Batista (EPD), Florentino Rosell Leiva, Roberto Valdés Jiménez, Roberto Radillo Gancedo, Francisco H. Tabernilla, fuimos esos oficiales. El Día D, como se le denominó militarmente, nos sorprendió a todos, pero en Fort Knox todo se desarrolló normalmente, me refiero al horario de clases y demás hechos de rutina que efectuábamos diariamente. Sí, esporádicamente recibíamos los partes de guerra con un detallado informe de las operaciones.
Las operaciones del desembarco y la movilización de 156,000 hombres con sus pertrechos de guerra, suministros de municiones, raciones de comida, etc. fue una tarea monumental, llevada a cabo con bastante precisión y profesionalismo. El domingo 6 de junio del 2004, a los 60 años de aquel acontecimiento 30,000 soldados fueron desplegados para dar seguridad y proteger las ceremonias del fin de semana a las que asistieron 17 líderes mundiales, incluido el presidente de Estados Unidos George W. Bush, y tres monarcas.
Baterías antiaéreas, aviones de combate y helicópteros protegieron el espacio aéreo del norte de Francia, en toda la zona de Normandía, que se extiende entre los puertos de Cherburgo y Deauville. Una flotilla de barcos salió del puerto de Portsmouth, en el sur de Gran Bretaña, hacia Caen, en Normandía, transportando veteranos que resistieron al fuego de las tropas nazis para desembarcar en las playas de Normandía.
Entre las ceremonias que se llevaron a cabo estuvo el descubrimiento de un memorial en la localidad normanda de Les Mesnil, a cargo del oficial británico superviviente del desembarco más viejo, el brigadier James Hill de 93 años.
La Reina Isabel II inició las ceremonias el domingo 6, en la playa Juno, cuya toma estaba asignada a los soldados canadienses, para agradecer su sacrificio. “Francia nunca olvidará” , dijo el presidente francés Jacques Chirac. “Nunca olvidará a esos hombres que hicieron el sacrificio supremo para liberar nuestra tierra, nuestro país natal, nuestro continente, del yugo de la barbarie nazi y su locura asesina. Tampoco olvidará su deuda con Estados Unidos, su amigo eterno” .
El Presidente Bush, al recordar la “inmensidad del momento” que detonó la caída del Tercer Reich, también trató de aliviar la tensión sobre la alianza trasatlántica. Las banderas de Estados Unidos y Francia ondearon a media asta en recuerdo del ex presidente Ronald Reagan, fallecido el sábado 5 de junio, a los 93 años de edad.
Miles de personas asistieron al servicio franco-británico en el cementerio británico de Bayona. “En nombre de mi generación, que es más joven, les agradezco” , dijo el primer ministro británico Tony Blair al veterano australiano Gordon Church, de 96 años. Estaban presentes los primeros ministros de Australia, John Howard, y Nueva Zelandia, Helen Clark.
El presidente ruso Vladimir Putin asistió a la ceremonia en Arromanches, un punto equidistante de las cinco playas donde desembarcaron 156,000 soldados. Putin es el primer presidente de Rusia que acude a las ceremonias en Normandía, y su presencia indica que Moscú está considerando el peso que tuvo esa batalla en la derrota de Hitler.
Por primera vez también, fue invitado un jefe de gobierno alemán. El canciller Gerhard Schroeder participó en la ceremonia.
Honrar honra, nos dijo nuestro Apóstol José Martí. Europa se unió para agradecer a los aliados su ayuda para liberarse de la ocupación nazi. Gobernantes de más de veinte países dejaron a un lado sus diferencias para agradecer a las fuerzas aliadas que ganaron una de las batallas más decisivas de la Segunda Guerra Mundial. El presidente de Francia Jaques Chirac recibió a su colega George W. Bush a su arribo al cementerio estadounidense en Colleville-sur-Mer, donde yacen 9,387 soldados.
“Las naciones que lucharon en esa guerra luego fueron aliados de confianza dedicados a la causa de la paz. Y esa gran alianza en pro de la libertad sigue fuerte, y sigue siendo necesaria hoy en día”, declaró Bush. “Estados Unidos haría lo mismo nuevamente para defender a nuestros amigos” .
Ahora, la guerra contra el terrorismo reclama la unión de todas las naciones libres en esta lucha oculta y traicionera de un enemigo que opera en circunstancias donde juegan un papel primordial la envidia y el odio. “Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios . Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados” . (Mateo 5,1-12).
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6/07/04