Un costarricense…Parte I de III

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

Un amigo me envía un artículo, Cuba: Un enigma, escrito por el Sr. Alejandro Miranda Lines, de nacionalidad costarricense, quien visitó a la isla de Cuba y nos escribe lo que vio y experimentó y lo describe de tal manera que luce un cubano relatando la tragedia vivida en 48 años de tiranía. A continuación su magistral exposición:

El porqué de la longevidad del régimen comunista cubano es un enigma. Mayor resulta, para aquellos que hemos visitado la isla y nos hemos dado cuenta de primera mano de la miseria, el caos y la destrucción que impera en la que un día fue el paraíso del Caribe.

“En Cuba se paró el tiempo”. Muchas veces se oye esa frase, pero su significado es difícil de comprender. Cuando se dic que paró el tiempo se habla solo de los automóviles que circulan o de los edificios que son los mismos. Pero en Cuba no se paró el tiempo, ojalá se hubiese parado. Hay que estar allí para darse cuenta que el tiempo pasó como un huracán por toda Cuba. Aunque los carros y los edificios no cambien, el tiempo y la falta de cariño lo han dejado en escombros. Pero, el tiempo pasó también por las mentes de la gente y esto es lo más grave. Más de 48 años de un régimen de mediocridad, han dejado su huella profunda.

Hoy la gente es mediocre, porque sus líderes son su ejemplo. Hoy los edificios se caen al suelo, porque no tienen dueño, porque nada importa. Cuba es el reino de la desesperanza porque el mediocre reina y a quien sobre le cortan las alas inmediatamente.

Llegar a Cuba impacta, porque, aunque no la cuiden. Sigue siendo bella por fuera. Pero hay solo que asomarse un poco en su interior, para darse cuenta que las cosas  no caminan nada bien. ¿Cuándo fue la última vez que usted visitó un país donde el único tema de conversación era la desgracia de su situación? Si se habla con la gente, y si la gente le habla a usted, solo escuchará de necesidades, de la mala situación, del sistema. No existe otro tema y esto resulta triste.

¿Cuándo fue la última vez que visitó un país en el cual deben construir muros y barricadas y patrulleras y leyes para que los ciudadanos no se escapen?

Mientras los países libres deben luchar para que inmigrantes ilegales no penetren sus fronteras, en Cuba deben luchar para que la gente no se vaya. No basta que más de un millón de cubanos no puedan vivir en su propia tierra, gran parte de quienes están allí quisieran irse.

En Cuba no hay libertad, no se puede opinar contra el gobierno, no se puede formar partidos políticos, no se puede viajar libremente, no existen las elecciones libres, ni la libertad de prensa, no se pueden formar asociaciones laborales, no se puede…, no se puede…Nada se puede. En Cuba no hay fraternidad, se incentiva a los ciudadanos a delatar a sus vecinos por las pequeñeces más insignificantes y se fomenta el odio hacia los disidentes y hacia cualquiera que tenga un punto de vista “antirrevolucionario”. Por último, en Cuba no hay igualdad. Los cubanos son gente inferior en su propia tierra. Los turistas y los extranjeros pueden circular libremente y tener acceso a bienes y servicios que los cubanos no pueden ni oler. Inclusive, entre los mismos cubanos, existen clases marcadamente diferentes. Los “macetas” en el turismo y aquellos que trabajan para el gobierno viven mejor que el resto.

Resulta ofensivo verles por las calles con sus relojes Rolex y sus teléfonos celulares, no porque estas comodidades sean malas, sino porque están disfrutando de todas las creaciones del capitalismo que le niegan al pueblo y en contra de las cuales tanto han predicado durante tantos años.

Contrario a esto, el resto del pueblo recibe salarios de hambre. No importando la actividad que desempeñen, un trabajador cubano gana alrededor de $12 por mes, una miseria en cualquier país del mundo. Al pueblo cubano, el sudor se lo pagan con hambre y con necesidades.

¿Qué justificación existe para mantener a un pueblo en este estado de falta de libertad? Si se viera progreso y prosperidad, talvez se podría argumentar que el sacrificio de la pérdida de libertad tiene sus frutos. Pero no es el caso, en Cuba se pasa hambre. Un país que por su posición geográfica debería de estar dentro del primer mundo, es una nación de necesidades y atrasos. No hay justificación para esta situación. Así como no hay justificación para mantener y cooperar para que se perpetúe este régimen tan injusto y nefasto. Y en esto, al que le caiga el guante que se lo plante.

Para entender la situación en Cuba, hay que analizar de cerca el punto de partida. En 1959, Cuba era una nación cercana al desarrollo en muchos aspectos. Ocupaba los primeros lugares de América Latina en todos los índices económicos y, aunque esto no se comenta a menudo, también en los índices sociales.  (Continuará)

 

000ooo000

12/17/06

 

 

Regresa a artículos de FHT