En defensa de la democracia

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

Tal parece que la democracia, para subsistir, no tiene otro remedio que afrontar todos los frentes que, para destruirla, se reproducen todos los días en cualquier parte del mundo. Por segunda vez en dos meses, el presidente George W. Bush anunció el viernes 19 de octubre, 2007, sanciones contra Mianmar (conocida también como Birmania) para castigar al gobierno militar y sus partidarios por una reciente represalia violenta a manifestantes que reclamaban democracia.

          “Los monjes han sido golpeados y asesinados. Miles de manifestantes pro-democráticos han sido arrestados”, manifestó Bush en la Casa Blanca. “Los gobernantes de Birmania continúan desafiando las demandas justas del mundo de que terminen con su persecución despiadada”, sostuvo, al mismo tiempo que ordenaba al departamento del Tesoro que congele los activos financieros de otros miembros de la junta militar de Mianmar.                                                                                                            Por otra parte, la administración del presidente Bush ya registró a una improbable persona en su agenda de comercio internacional: Hugo Chávez. El izquierdista presidente de Venezuela, quien de manera constante suele denunciar la influencia de Estados Unidos en América Latina. A medida que Bush enfrenta la  oposición de sindicatos, grupos de activismo social y muchos demócratas a los acuerdos de comercio que propuso con Perú, Panamá y Colombia, ha desatado una inmensa campaña con miras a ganarse la aprobación para estos tratados, argumentando que fortalecerán el capitalismo y la democracia, además de que debilitarían a Chávez en una volátil región.  Funcionarios de la Casa Blanca indicaron que Bush se muestra apasionado con respecto a los acuerdos latinoamericanos, así como en lo tocante al de Corea del Sur, considerándolos esenciales. Dicho esfuerzo incluye viajes a Colombia por parte de dos miembros de su gabinete -Carlos M. Gutiérrez, secretario de Comercio y Susan C. Schwab, la representante estadounidense de Comercio- acompañados por legisladores tanto demócratas como republicanos, mientras en un impulso por separado, la secretaria de Estado, Condoleezaa Rice, está haciendo énfasis en los intereses de seguridad en América Latina. Al mismo tiempo colaboradores de Bush aseguran que éste, en particular, está decidido a brindarle ayuda al presidente colombiano, Alvaro Uribe,  a quien se le reconoce haber aplicado severas medidas contra la delincuencia y el narcotráfico, incluso si algunos funcionarios coinciden en que Colombia podría hacer más en dichas áreas, según extenso análisis sobre el particular de Steven B. Weisman, del New York Times.

“Los argumentos económicos a favor del acuerdo con Colombia son muy fuertes”, ha destacado Gutiérrez. “Sin embargo, los argumentos políticos tienen justamente la misma fuerza. Colombia ha sido uno de nuestros aliados más cercanos en la región. Qué ironía sería verlos castigado por su respaldo a Estados Unidos”.

Otros dos integrantes demócratas del Congreso por la Ciudad de Nueva York, los representantes Gregory W. Meeks y Eliot L. Ángel, quienes viajaron a Colombia en fecha reciente, dijeron en sendas entrevistas que coincidían en cuanto a la obligación de Estados Unidos de ayudar tanto a Colombia como a otros países que le hagan frente al mandatario venezolano. “El tema de Chávez capitaliza un elemento de importancia”, notó Meeks. “Lo que tiene que ser considerado es la diferencia entre dos sistemas económicos. Uno es el modelo capitalista de países amigos como Colombia, fundamentado en el acceso al mercado. El otro es el fallido modelo socialista de Venezuela. Tenemos que demostrar que nuestro sistema funciona”.

Opositores del acuerdo colombiano no niegan que las condiciones hayan mejorado desde finales de los 90, cuando Clinton y líderes republicanos del Congreso dieron forma a un paquete de ayuda multimillonario. No obstante, destacan que las condiciones no han mejorado en la medida suficiente y que organizadores sindicales aún son asesinados con toda impunidad.

Rice se unió al coro este mes. Tuvo cuidado de no usar el nombre Chávez –funcionarios de la administración dicen que no quieren hacer hincapié en la importancia del  presidente venezolano- pero dijo que los tratados con  América Latina revestían importancia para detener en seco influenzas “autoritarias” en la región. Según Rice, Colombia era un  “estado fallido” hace siete años, pero con la ayuda de Estados Unidos había logrado que retrocediera la influencia de los insurgentes y bandas de narcotráfico, después de haber reducido el número de secuestros, atentados con bombas y otros actos de violencia. Los acuerdos de comercio, destacó, eran “esenciales para nuestros intereses  estratégicos en la región”.

          En su reciente visita a la Ciudad de Santa Clara, Cuba, el presidente Chávez despertó una vez más la curiosidad general al anticipar que Cuba y Venezuela eran ya un solo gobierno y un solo país. ¿Qué lo movió a decir eso? que no se trata de un capricho pasajero lo demuestra un reciente documento emanado del gobierno venezolano, que lleva por título: “Lineamientos generales del plan de desarrollo económico y social de la nación 2007-2013”. Se aprecia en él que la revolución está en la disyuntiva de internacionalizarse o perecer.

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10/29/07  

 

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