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EVO MORALES Y SUS OPOSITORES

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

Antes de entrar en el tema principal de este artículo, quisiera informarle a nuestros lectores que el jueves 7 de febrero, 2008, dos organizaciones locales: La Asociación de Arte y Cultura Cubana (AACC) y la Asociación Pro-Cuba de West Palm Beach por invitación de la presidenta de AACC Amy López, directivos respectivos asistimos al restaurante Don Ramón de Palm Beach Gardens donde tuvimos la oportunidad de escuchar la brillante hoja de servicios prestados por el Capitán de Navío (Retirado) , Alex R. Larzelere, Sr., en la Guardia Costera de los Estados Unidos. Inclusive, al relatar su personal intervención cuando el éxodo de El Mariel al mando de unas escampavías  lo motivó hacer un libro titulado The 1980 Cuban Boatlift que fue posteriormente seleccionado en 1990 por la American Library Association como un notable documento.

Todos los cubanos debemos de reconocer la protección brindada por el Servicio de Guardacostas en ese trágico evento que terminó con el arribo a tierras de libertad de más de 125,000 cubanos que dejaron su patria para no vivir bajo el terror, la miseria y la falsa protección a los derechos humanos.

Pero como nuestra lucha continúa y continuará en defensa de la libertad y la democracia no podemos dejar pasar sin mencionarlo el agudizamiento del enfrentamiento entre el presidente Evo Morales de Bolivia y sus opositores regionales que se encuentran cada vez más enfrentados y a las puertas del fin de la tregua política vigente desde finales del 2007, después de haber perdido un mes para el llamado “diálogo nacional”. Aunque las conversaciones comenzaron en enero con expectativas positivas y la formación de dos comisiones de trabajo, las posturas se han endurecido y ambas partes han tomado decisiones unilaterales sobre los asuntos que estaban sobre la mesa de debate, lo que ha perjudicado el acercamiento. En la práctica, el Ejecutivo de Morales y los gobernadores de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Cochabamba y Chuquisaca parecen haber dejado en un punto muerto la negociación, aunque nadie quiere anunciar públicamente la ruptura del diálogo.

En lo que han coincidido Gobierno y prefectos en todo este tiempo es en acusarse mutuamente de entorpecer las conversaciones y ser inflexibles en sus posiciones. La relativa “paz social” que ha vivido Bolivia desde la pasada Navidad cuando los gobernantes solicitaron abrir el diálogo con el Ejecutivo, parece peligrar ahora con el “ultimátum” que han dado a Morales para que responda hasta el próximo miércoles a sus reivindicaciones, bajo la advertencia de medidas de represión.

Los desacuerdos se mantienen intactos sobre el proyecto de nueva Carta Magna impulsada por Morales bajo los estatutos autonomistas de cuatro regiones y el recorte de los ingresos petroleros de los departamentos, tema a los que la oposición suma ahora, otra vez, la polémica por la sede de los poderes estatales y la capital. La disputa por la capitalidad entre Sucre y La Paz fue el mayor conflicto que afectó la Asamblea Constituyente el año pasado y provocó violentos disturbios que causaron tres muertos y cerca de 300 heridos.

El portavoz presidencial Alex Contreras, calificó de un “ultimátum” el plazo y lo rechazó porque supone “una ruptura del proceso del diálogo” y una falta de “voluntad política”.

“Plantean un ultimátum al Gobierno que no lo aceptamos y siete demandas, pero ninguna propuesta”, declaró Conteras, al calificar de “ilegales” las nuevas peticiones del Consejo Nacional Democrático (Conaide) el foro que agrupa a los gobernadores y cívicos opositores- Desde la otra parte los líderes regionales también acusan a Morales de falta de voluntad política y de no haber adoptado decisiones firmes para llegar a acuerdos sobre los asuntos neurálgicos de la crisis política que vive Bolivia.

De hecho, el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, dijo a radio Erbol que la estrategia de Morales parece consistir en hacer “el papel de bueno” ante la opinión pública, pero ordenando a sus ministros y técnicos que “no aflojen nada” en las conversaciones.

Así las cosas, la sombra de un referendo revocatorio sobre el mandato de Morales y de los gobernadores planea cada vez con más fuerza para dar salida al crónico enfrentamiento político de Bolivia. Según el analista Carlos Cordero, a la vista de que las posiciones del Gobierno y de los prefectos no han cambiado en un mes, parece que finalmente todo se encamina hacia ese referendo. “El proceso electoral no resolverá la crisis, pero nos aproxima o conserva por lo menos la paz social en esta relación tensa y difícil entre Gobierno y los prefectos”, añadió Cordero. Aún no hay fecha para el referendo sobre la revocación de los mandatos que propone Morales, en medio de una confusión existente porque la Corte Electoral debe organizar también dos consultas sobre el proyecto constitucional y tiene varias otras demandas regionales sobre violaciones vinculadas a procesos autonómicos. Lo cierto es que la democracia se enfrenta a estos viles sujetos que ya no pueden imponerse a la fuerza porque la democracia sigue a la vanguardia anotándose victorias.

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2/11/08

 

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