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La Plaza de Tahrir en Egipto
Por
Francisco
Tabernilla
La revuelta
popular exigiendo la destitución del presidente de Egipto Hosni Mubarak no
parece haber alcanzado la meta propuesta aunque representantes del movimiento
egipcio a favor de la democracia prometieron el domingo 6 de febrero, 2011,
incrementar la presión para la renuncia del presidente, incluso cuando su
gobierno buscó presentarse como encaminado a negociar exitosamente un fin a la
revuelta contra un gobierno autocrático que ha ejercido el poder por más de 30
años.
En un hecho histórico que ocurre por
primera vez en el país, el vicepresidente Omar Suleiman se reunió con
representantes de la proscrita Hermandad
Musulmana, en un encuentro de unos 50 miembros de la oposición, entre ellos,
prominentes políticos y líderes juveniles. La declaración que hizo Suleiman
después de la reunión –ampliamente reportada en la televisión estatal y de
inmediato un foco de atención en Washington—no aludió al desacuerdo fundamental
sobre la salida del presidente Mubarak, o de la dictadura respaldada por los
militares. Mientras se dijo que la reunión produjo un “consenso” sobre el
camino a la reforma, incluyendo la promesa de formar un comité para recomendar
cambios constitucionales a principios de marzo, muchos de los detalles dados a
conocer fueron muy parecidos a los que el presidente esbozó en su último
discurso al país.
El gobierno de forma consistente ha tratado
de apartar a los egipcios moderados de los manifestantes en la Plaza Tahrir, al
publicar concesiones que no alcanzan a cumplir las demandas de los
manifestantes.
Los grupos de oposición, una masa dispar
que no tiene un liderazgo central, pero que se ha unificado alrededor de la
demanda de la salida del presidente Murabak, descartó rápidamente el reclamo de
progreso por parte del gobierno como mera propaganda. Los dirigentes de la
hermandad dijeron que se reunieron con
el vicepresidente Suleiman , el ex jefe de inteligencia que se ha convertido en
la cara pública del gobierno, solo para reiterar las demandas del movimiento y
mostrar que no se niegan a hablar.
Sin embargo, la declaración se vio de una
forma diferente en Washington, donde pareció transmitir el mensaje de que el
señor Suleiman oía el consejo tras bambalinas de la administración de Obama. En
una serie de conversaciones telefónicas privadas, el vicepresidente Joseph R.
Biden, Jr., presionado por un mapa de ruta claro y un calendario de reformas, comenzando
con la legalización de los partidos políticos, el fin del gobierno de un solo
partido y protecciones a los oponentes políticos y los medios de comunicación.
Los jóvenes organizadores, cuya página en
Facebook fomentó la revuelta, hicieron su debut público en una conferencia de
prensa para declarar que sus protestas crecerían hasta que el gobierno cumpla
con las demandas del movimiento, incluyendo la salida de Mubarak, la disolución
del parlamento unipartidista y una nueva redacción de la Constitución de un
solo partido. Partidarios jóvenes de uno de los principales abogados de la
democracia, Mohamed ElBaradei, se encontraban entre los que se reunieron con
Suleiman, en una entrevista con CNN, ElBaradei dijo que él mismo no estaba
listo para negociar con un gobierno que había perdido su credibilidad.
“Necesitamos abolir la Constitución actual”, dijo Elbaradei. “Necesitamos
disolver el Parlamento. Esos son todos elementos de la dictadura, y no
creo que iremos a la democracia por
medio de la
constitución
dictatorial”. Al haber repelido ataques de ejércitos de policías armados y
matones en ropas de paisano, los manifestantes dijeron que no tienen la
intención de retroceder, ya sea que Occidente apoye a Suleiman o que el
gobierno egipcio intente esperar que se desintegren.
Gamal Nassar, un portavoz de la Hermandad
Musulmana, dijo que las enormes y a veces violentas manifestaciones que han
paralizado a El Cairo por casi dos semanas, y que reverberan alrededor del
Medio Oriente, continuarían “hasta que el camino político pueda desempeñar un
papel en lograr las aspiraciones de los manifestantes”, una referencia aparente
a su meta de sacar del poder a Mubarak.
Suleiman siguió con su imagen de progreso
en una entrevista en ABC News, donde dijo que ya había comenzado la
“transición” con su reunión con los miembros de la oposición . Pero también
reiteró que el presidente Mubarak se mantendría en el poder, pues si él se va,
“otras personas que tienen su propia agenda traerían la inestabilidad a nuestro
país”.
Por otra parte, para que se sepa la
importancia que tiene esta sublevación en la Plaza de Tahrir en Egipto que la
crisis obligó a posponer la III cumbre América del Sur-Países Árabes, en Lima,
Perú. La reunión, programada en un principio para realizarse del 13 al 16 de
febrero, fue aplazada indefinidamente, dijo Ahmed Ben Heli. El funcionario dijo
a
The
Associated Press que la decisión fue tomada luego de consultar con
representantes árabes y latinoamericanos. Líderes de 22 países árabes de Asia y
África y de 12 naciones sudamericanas tenían previsto reunirse en la cumbre
para incrementar los lazos comerciales entre las dos regiones…
02/07/2011 000ooo000