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Miles en la lista negra de los viajes a Cuba

Por

Francisco H. Tabernilla

 

Todavía no han comenzado a funcionar las nuevas regulaciones sobre los viajes

a Cuba y ya la tiranía enseña sus malas intenciones de que no importa lo que esté escrito, ellos los tiranos, tienen la última palabra. El primer ejemplo lo tenemos con Melissa González, una adolescente de Tampa que quería visitar a su abuelo

enfermo en Cuba. Pero su agencia de viajes le dijo que el gobierno cubano había rechazado su solicitud de permiso de viaje, sin dar más explicaciones. Así son los

comunistas y así operan las dictaduras que no ceden ni cambian su sistema de opresión, terror y vigilancia ni en el más mínimo detalle.

    El padre de Melissa, Jorge Luis González Tanquero, dijo a El Nuevo Herald, sin duda su permiso fue rechazado porque él es un ex preso político y ha seguido criticando duramente al gobierno cubano desde su llegada al sur de la Florida en febrero pasado, nos informa el periodista Juan O. Tamayo, hoy lunes 15 de agosto del 2011. Sea cual sea la razón, Melissa pertenece ahora al poco conocido grupo de cubanos que vive en el extranjero y a quienes La Habana les prohíbe visitar la isla –se estima que son entre 77,000 y 400,000- por razones que van desde su salida ilegal de Cuba hasta el activismo político.

    El presidente designado Raúl Castro arrojó una luz indirecta sobre el tema la semana pasada cundo declaró que su régimen estaba trabajando en la “reformación” de las regulaciones de migración que han estado en vigor durante largo tiempo “innecesariamente”. “Damos este paso –agregó el cruel tirano- como una contribución al incremento de los vínculos de la nación con la comunidad de migrantes”, señalando que en años recientes los cubanos han estado abandonando el país más bien por razones económicas que políticas, lo cual no es verdad ya que ellos sitúan la política por encima de todo para seguir manteniendo el poder y el  control de su brutal dictadura.

    Raúl Castro no dio más detalles, pero sus declaraciones fueron  interpretadas como insinuaciones de que permitirá a más cubanos, tanto en el extranjero como en la isla, más libertad para que atraviesen las fronteras, y que incluso se podría permitir a los expatriados que invierten en negocios o compren propiedades en la isla. ¿Quién va a invertir en Cuba después que se lo han robado todo?

    Funcionarios de La Habana han dicho además que esperan un aumento sustancial de viajeros procedentes de Estados Unidos, tal vez de 300,000 en el 2010 a unos 350,000 este año, como resultado de la decisión del presidente Barack Obama por prolongar a la tiranía en el poder y permitir a más cubanoamericanos y ciudadanos americanos en general que visiten la isla.

    Según un pacto de inmigración de 1995 entre Estados Unidos y Cuba diseñado

para disuadir a los cubanos de lanzarse a peligrosas fugas por mar, Washington adoptó la política de “pies secos-pies mojados”, bajo la cual los que sean  interceptados en altamar son devueltos a la isla mientras los que llegan a suelo americano pueden quedarse.

    Funcionarios de Estados Unidos afirman que Cuba, por su cuenta y no como parte del acuerdo de 1995, decidió imponer su propio freno a los peligrosos viajes prohibiendo el regreso de los que salieron ilegalmente de la isla. Esto incluye a los balseros como a los que La Habana llama “desertores”, aquellos que salieron legalmente en viajes oficiales, tales como equipos de deportes o misiones comerciales y se quedaron en el extranjero. Eso no incluye a los que salieron legalmente en viajes no oficiales, tales como visitas a la familia.

  Un hombre que se identificó como Andrés dijo a El Nuevo Herald que él salió de Cuba en una balsa en el 2005 y regresó el año pasado luego de “no mencionar nunca la palabra balsa”. Yolanda dijo que ella salió durante la crisis de los balseros en 1994 y ha regresado cinco veces. “Nadie me preguntó cómo salí”, dijo. Ambos pidieron que no se usaran sus apellidos para poder seguir viajando a Cuba.

    En cambio, Melissa González tenía 14 años cuando trató de comprar un pasaje a La Habana en junio para visitar a su abuelo de 63 años. Luis González, enfermo y desolado luego de que la madre de Melissa quedara incapacitada por un derrame cerebral en enero. Ella murió más tarde. Tres semanas después, un empleado de la agencia de viajes a Cuba donde ella había tratado de comprar el pasaje de avión le dijo que el consulado cubano en Washington había rechazado su solicitud y preguntó si ella tenía alguna idea del por qué.  “Me torturaron a mí y ahora la están torturando a ella”, dijo su padre, uno de los 75 disidentes sentenciados a largas condenas de cárcel durante la ola represiva del 2003. González fue puesto en libertad y enviado a España a principios de este año, y en seguida le concedieron una visa a Estados Unidos tras la enfermedad de su esposa.

   En conclusión esta tragedia de más de 50 años de fusilamientos, terror, agonía y sufrimientos del pueblo cubano terminará cuando los dos hermanos asesinos sean despojados del poder y juzgados ante tribunales competentes. Entonces tendrá el mundo la oportunidad de conocer el verdadero holocausto de Cuba.

 

08/15/2011                                         000ooo000

 

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