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Régimen cubano quiere controlar la prensa extranjera

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

El régimen comunista cubano temeroso de que los informes de la prensa extranjera lleguen al mundo en general, ha comenzado una severa supervisión de los reportes escritos por periodistas extranjeros acreditados ante la dictadura de Raúl Castro. La dictadura cruel y sangrienta de los Castro no permite que se sepa la verdad de lo que ocurre en Cuba para continuar engañando y mintiendo pues son muy sensibles a cualquier referencia que saque a la superficie las angustias y dificultades que deben de soportar los periodistas extranjeros acreditados para complacer al brutal régimen que lleva más de 52 años subyugando al pueblo cubano. 

    El gobierno cubano ha negado la entrada al corresponsal de una agencia de noticias francesa asignado a La Habana, gesto que otros periodistas en la isla describen como un severo endurecimiento de los controles a la prensa extranjera. A Juan Castro Olivera, un corresponsal argentino asignado anteriormente a la oficina de la France Press en Miami, se le negó la visa de periodista que se requiere para su asignación en la oficina de esa agencia en Miami, describe Juan O. Tamayo de El Nuevo Herald. “La autoridades cubanas no explicaron las razones para denegar la visa”, lo que es usual bajo el sistema que se considera omnipotente ante tamaña violación de la libertad de prensa.

    El diario El País, de España, informó durante el fin de semana que su corresponsal en La Habana durante los últimos 20 años, Mauricio Vicent, le había sido negada la renovación de su acreditación por el Centro de Prensa Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores. Las credenciales de Vicent, de hecho, expiraron hace dos años, pero el Centro de Prensa Internacional negó su renovación hasta ahora como una forma de intentar presionarlo a él y a su periódico para que moderaran sus reportes sobre la isla, de acuerdo con colegas reporteros de El País. Cuba utiliza regularmente la acreditación  del CPI como elemento de presión para mantener a raya a los periodistas. Vicent, casado con  una cubana, puede seguir viviendo en Cuba, pero sin  la acreditación  no puede publicar ninguna información , por lo tanto, ha quedado sin trabajo su profesión  con respecto a vivir de lo que estudió como carrera de su vida. Funcionarios del CPI en La Habana se quejaron que los reportajes de Vicent pintaron “una imagen parcial y negativa” de Cuba, y es probable que hayan rechazado a Castro Olivera debido a su trabajo anterior en Miami, dijeron otros periodistas de la isla. Agregaron que desde el 2008 han recibido un número creciente de quejas del CPI sobre algunas de sus historias sobre disidentes, así como advertencias de que se mantengan alejados de otros opositores.

    Las autoridades han sido especialmente observadoras a las historias sobre Orlando Zapata Tamayo, un preso político que murió en el 2009 después de una huelga de hambre, y Juan Wilfredo Soto García, un disidente que murió tras una golpiza policial en mayo, dijeron periodistas.

   Los periodistas extranjeros en La Habana no han  informado prácticamente nada sobre la reciente avalancha de denuncias de los disidentes en la región oriental de Cuba ni sobre  la violenta represión por parte de turbas progubernamentales y agentes de la seguridad contra las Damas de Blanco y otros opositores.

    Los funcionarios del CPI también han endurecido algunas de las regulaciones sobre corresponsales, como las que rigen las compras de automóviles y equipos tales como aires acondicionados, de acuerdo con los periodistas, quienes pidieron no ser identificados para evitar represalias del gobierno.

Apenas un año después que Castro tomó el poder, su gobierno retiró las acreditaciones de tres corresponsales extranjeros. Gary Marx, del Chicago Tribune, y César González-Calero, del diario El Universal, de México, se marcharon de Cuba. El tercero que trabajaba para British Broadcasting Corp. se quedó en el país y logró renovar su acreditación posteriormente.

    “Reeonocemos que es un acto de equilibrio difícil para muchos de estos periodistas extranjeros”, escribió el activista anticastrista Mauricio Claver-Carone en su blog, Capitol Hill Cubans. “Pero la gente no sigue lo que sucede en Cuba de manera cotidiana, no son conscientes de estos matices de la dictadura de Castro, de manera que, lamentablemente, eso conduce a la desinformación”.

    El País, en su editorial publicado el martes, señaló que Cuba había rechazado a Vicent casi al mismo tiempo que Irán expulsó a la corresponsal en Teherán, Ángeles Espinosa.

    “Cuando ambos regímenes sean un mal sueño, como lo acabarán siendo más pronto que tarde, el hecho de haber recibido la orden  de callar será un motivo de orgullo para quienes, como los corresponsales de El País, se han ocupado de dar cuenta de la realidad, escribió el periódico”.

    “Porque cuando un régimen político percibe la verdad como amenaza es porque la mentira sobre la que se asienta tiene el tiempo contado”. “Se callan o los expulsamos esa es la consigna, conservar el poder es primordial para este sistema comunista corrompido e  inútil que ha destruido a nuestra patria moral y económicamente”.

09/10/2011                                         000ooo000

  

 

 

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