No hay enemigo pequeño

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

El lunes 19 de febrero, 2001 la prensa destaca la comparecencia, la semana pasada, ante el Comité de Inteligencia del Senado (CIS) de un alto oficial de inteligencia del Pentágono: el Contralmirante Thomas Wilson, jefe de la Agencia de Inteligencia de la Secretaría de Defensa, quien reveló que Cuba tenía capacidad de interferir las comunicaciones de las fuerzas militares norteamericanas, atacando los sistemas de computación de Estados Unidos, con táctica de guerra asimétrica.

Aunque empobrecido y prácticamente un país en bancarrota, el tirano Fidel Castro “representa todavía una seria amenaza para la seguridad militar de Estados Unidos”por su manifiesta capacidad para atacar los sistemas cibernéticos (funcionamiento de las trasmisiones eléctricas en las máquinas de calcular modernas)  según se pudo comprobar durante la audiencia senatorial. “Ellos tienen un fuerte aparato  de inteligencia, buena seguridad, y el potencial para interferir nuestro aparato militar utilizando tácticas asimétricas”, declaró Wilson, según reporta Pablo Alfonso en El Nuevo Herald. Al escuchar el llamado de alerta del Contralmirante Wilson, la sesión del comité senatorial que hasta ese momento era pública, comenzó a sesionar a puertas cerradas.

Junto a Wilson compareció George Tenet director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), quien señaló que ningún otro país en el mundo utiliza las ventajas de los sistemas informativos como los Estados Unidos, sin embargo, argumentó, esa superioridad hace también a Estados Unidos más vulnerable a los ataques cibernéticos, ya que esos ataques pueden ser lanzados contra nosotros desde cualquier lugar del mundo, subrayó el director de la CIA. El Congreso tiene la obligación de solicitar una investigación a fondo sobre esta capacidad y tomar las medidas necesarias para poder contrarrestar en caso de que sea necesario. Recordemos la antigua frase “no hay enemigo pequeño” y, ante ese llamado de alerta, Estados Unidos no puede permanecer desprevenido.

Y como el tirano  sigue haciendo de las suyas y lo mismo declara en un acto en el Palacio de las Convenciones en La Habana, tras recibir el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Zacateca, México, “que los dirigentes de Estados Unidos padecen de analfabetismo político, analfabetismo histórico” hacia Cuba, no culpando al pueblo sino al sistema, asegurando la continuidad de la revolución después de su desaparición física; que la arremete contra Pascal Fletcher corresponsal en La Habana del Financial Times y colaborador de Reuters, haciendo buena su amenaza a las agencias internacionales que “trasmiten insultos y mentiras contra la revolución”, Fletcher está haciendo sus maletas para abandonar la isla junto con su familia. Y al mismo tiempo para ponerle la “tapa al pomo”  Fidel anuncia que viajará a Irán este año, en la noche del sábado 17 de febrero, 2001 se reunía con el magnate David Rockefeller y otras personalidades estadounidenses conversando por cinco horas sobre la actual situación de Cuba, informando el propio banquero que “fue un encuentro muy interesante”. El grupo  estaba integrado por Peter Peterson,, presidente del banco de inversiones Blackstone Group y presidente del Centro de Política Internacional; William Rogers, ex secretario de estado para Asuntos Interamericanos; Carla Hills; el académico Mark Falcoff, y James Jones, ex embajador en México. ¿Qué concepto tienen estos señores de moral y principios democráticos para tratar la tragedia de Cuba con el responsable de su desgracia y salir satisfechos y sonrientes de una charla de 5 horas con un tirano que lleva más de 42 años en el poder y ha destruido a un país próspero y feliz? Y, además, declarado enemigo de EU  por el Congreso de la nación...

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2/19/01

    

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