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MUERTE DE GUITERAS...FUE
UN INFORTUNIO
Por
Francisco H. Tabernilla
Transcribo a continuación el informe que me remite el coronel Nelson
Carrasco Artiles, Historiador Militar del Ejército Constitucional de Cuba:
Hace 66 años el 8 de mayo de 1935 murió, infortunadamente,
el Dr. ANTONIO GUITERAS HOLMES, líder revolucionario de la organización
clandestina “Joven Cuba” que, según declaraciones de Casariego fue por culpa de
la provocación de Aponte, pues ellos se iban a entregar al Ejército que los
tenía rodeados. El Ejército, la Policía y muchos vecinos de Matanzas sabían que
Guiteras y un grupo de sus seguidores estaban ocultos en El Morrillo, un viejo
castillo español, esperando la goleta de Pepinillo del Cueto, que los iba a
transportar hacia un lugar en la América del Sur, pero la goleta no llegó
debido a problemas en sus motores.
Ese día ocho, Oscar Zayas, Director del periódico
“Avance” ordenó al periodista Lorenzo Llodrá Molina, testigo presencial del
hecho, acompañado del fotógrafo Pablo Donato y el chófer Armando Posse, presentarse en el Campamento de Columbia al
comandante Jaime Mariné, Ayudante del Jefe del Ejército coronel Fulgencio
Batista Zaldívar, a fin de que presenciaran la detención de Guiteras, obteniendo
la exclusiva para el periódico esa noche.
Salieron de Columbia hacia Matanzas acompañados
del coronel Ignacio Galíndez, amigos de Guiteras, entre otros, el teniente de
la Marina de Guerra “Cuco” Díaz Joglar, quien tiempo después fue vilmente
asesinado en las calles de La Habana por traidor, cosa que no fue cierta. En el
cuartel de Matanzas hubo una breve entrevista con otros militares sin apearse
de los vehículos. La tropa iba al mando del pundonoroso capitán Rogelio
Carvallo y el teniente Pedro Valle, así como el sargento Valentín Pérez, los cabos
Rafael Man Hernández y Eugenio Trujillo
(herido en la escaramuza) y el comandante de la Marina de Guerra Carmelo
González Area, también amigo de Guiteras, a quien le enviaron un paquete regalo
de boda que al abrirlo le causó la muerte en el Puesto Naval de Cienfuegos.
Entre los que acompañaban a Guiteras había un tal
Carlos Aponte, que según los comentarios era comunista venezolano, José Antonio
Casariego con su esposa Conchita Valdivieso, Xiomara A’Hollaran y otros más que
el reportero Llodrá Molina lamenta no recordar. El Ejérccito avanzó por
exuberante vegetación. A los pocos minutos se escuchó la voz del cabo Man
Hernández que decía ¡Alto al Ejército! La respuesta fue una descarga cerrada
del personal de Guiteras y otra hecha por el Ejército. Se escucha el grito de
un soldado que dijo: ¡Mataron al cabo Man! Y del otro lado otro grito: ¡Mataron
a Guiteras y Aponte! Y una voz femenina, sollozando, dijo: ¡Y a Casariego
también! Por suerte este último solo fue herido..…y precisamente fue Casariego,
hermano Masón, quien nos dijo: FUE UNA PROVOCACIÓN POR PARTE DE APONTE NOSOTROS
NOS IBAMOS A ENTREGAR. Terminada la escaramuza los heridos fueron remitidos al
hospital y los capturados al Castillo de San Severino. Los cadáveres quedaron
bajo custodia del Ejército a disposición de las Autoridades competentes. Recuerdo,
dice Llodrá Molina, que mientras Donato tomaba fotos que fueron publicadas esa
noche, observamos con pena, como soldados y rebeldes lamentaban el triste
desenlace de este accidente y otros militares en forma correcta procedían al
arresto de los sublevados, ocupándoles armas y municiones.
Los militares del Cuartel de Matanzas hicieron un
modesto monumento al cabo Man Hernández en el lugar donde fue muerto por una
ráfaga de ametralladora que disparó Aponte y al día siguiente de tomar posesión
de la presidencia el Dr. Ramón Grau San Martín, Eduardo Chibás destrozó el
monumento con una mandarria sin que fuera molestado por las Autoridades.
Por último Llodrá Molina afirmó la certeza de lo narrado en este debatido caso, torpe y maliciosamente
tergiversado por quienes solo pudieron conocer la “verdad” de oidas, recordando
las palabras de Casariego cuando le reiteró “el Ejército no tenía intenciones
de matarnos”. Casariego fue representante y cuando terminó su mandato se
suicidó con un tiro de su pistola en la habitación del Hotel Cárdenas donde
residía. Y nosotros como historiador nos sentiríamos muy miserable sino
defendiéramos, con la fuerza de la razón la conducta y la moral de la
Institución Ejército Constitucional, no solo en este caso, sino en cualquier
ocasión en que se
calumnie a
esta digna Institución de Cuba republicana.
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5/07/01