Pobreza y diferencias

sociales en Cuba

Por

Francisco H. Tabernilla

 

El arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega  durante su homilía del sábado 8 de septiembre, fecha del nacimiento de la Virgen María, la Madre de Cristo, desde el pulpito sagrado de la Iglesia de la Caridad del Cobre en La Habana, denunció las condiciones de pobreza en que vive la mayor parte de la población en Cuba y advirtió sobre la separación que divide a los cubanos; las grandes diferencias entre los que reciben ayuda en dólares de familiares desde Estados Unidos y los que carecen de éstos.

Los cubanos “hoy carecen de lo necesario para subsistir”, dijo el cardenal al señalar las diferencias sociales existentes entre la población que tiene acceso al dólar y la gran parte que no la tiene. Durante la conmemoración del día de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, el cardenal Ortega hizo un llamado al amor pidiendo a los cubanos que abran su corazón a Cristo para superar la crisis económica y social que afecta al pueblo cubano, agregando lo “doloroso que resulta pensar cómo enfrentarán las necesidades cotidianas de la casa aquellos que no reciben divisas que les manden sus familiares de fuera”, lo cual ha creado en Cuba “un nuevo tipo de migración: el que se va para trabajar y mandar dinero para los que se quedaron en la isla”. Esto nos duele de corazón, expresó, asegurando que la Iglesia presta asistencia actualmente a unos 8 mil ancianos en la capital entregando pequeñas porciones de leche en polvo y otros productos que “no se pueden comprar sino con dólares”y uno se pregunta una y otra vez ¿cómo pueden solucionar esa escasez?

En cuanto a las diferencias raciales el cardenal lamentó que “hay muchos negros en las cárceles y, es verdad, que son los más pobres”.

La procesión encabezada por la imagen de la Virgen se extendió por casi dos horas tras de recorrer varias cuadras por el centro de La Habana, entonando himnos religiosos ejecutados por una banda, cientos de feligreses que portaban velas encendidas y banderas cubanas mientras caminaban por las estrechas calles de las zonas más antiguas de la capital, dando vivas a la Virgen y rogando por el bien de la población.

La imagen de la Virgen fue colocada en el altar mayor, donde el escudo nacional y la bandera de Cuba tienen un lugar preponderante entre las imágenes religiosas que se encuentran en la Iglesia. Actos religiosos similares se realizaron en otras seis ciudades del país sin accidente alguno.

En la fotografía que salió publicada en El Nuevo Herald de hoy lunes 10 de septiembre, 2001, se observa a un pueblo devoto y triste, rezando esperanzado a la Patrona de Cuba. Se ven a muchos hombres en camiseta, mal vestidos, como resaltaba Armando Pérez Roura en su “Tome Nota”de hoy por la mañana. Otros cubanos, desde sus casas, reverenciando y honrando a su paso a la Virgen, pero realmente la impresión que da la fotografía en con junto es la de “un pueblo en harapos”que no pierde la fe ni la esperanza de recuperar su libertad y su bienestar algún día.

En West Palm Beach, comenzamos con un Triduo para honrar a la Virgen María el 6 de septiembre, y nos congregamos el sábado 8 para celebrar la Fiesta de la Virgen de la Caridad en la Iglesia de Santa Juliana. La Misa fue concelebrada, presidida por Mons. Anthony J. O‘Connell, Obispo de la Diócesis de Palm Beach, y los Reverendos Alfredo Hernández, Brian G. King, Alexander Agudelo-Cano, Néstor L. Rodríguez y los diáconos Alex Vargas y Floyd  Mercado.

El coro hispano de Santa Juliana brindó un concierto de canciones dedicadas a la Virgen de 6:30 a 7:00 p.m. antes de que comenzara la Santa Misa y se leyó la historia extractada de la aparición de la Virgen de la Caridad del Cobre. El Rev. Alexander Agudelo-Cano ofreció la homilía que conmovió a todos los presentes. Sus palabras hicieron brotar lágrimas a hombres y mujeres por lo profundo que penetraron los corazones, en el sufrimiento y las angustias del exilio cubano, resaltando que la verdadera Libertad es la del Espíritu y aunque nos hayan despojado de todo no pueden quitarnos la fe y el amor a Jesús y María. Después de la procesión por los terrenos de la parroquia todos cantamos el himno a la Virgen y el himno Nacional de Cuba.

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9/10/01

 

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