Plan Terrorista Devastador

Por

Francisco H. Tabernilla

 

 

El Apóstol San Pablo en la primera carta a Timoteo 2,1-8 escribe:” Te ruego lo primero de todo que hagaís oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los que están en el mundo, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”.

Ante la espantosa tragedia que ocasionaron el martes 11 de septiembre, 2001 los autores del devastador plan terrorista, ejecutado con precisión y dispuestos a sacrificar sus vidas convirtiendo a cuatro aviones comerciales de pasajeros civiles, no armados, en misiles de alto potencial destructivo estrellándose contra las dos torres del World Trade Center en New York y el edificio que alberga el centro militar de la nación, el Pentágono, en Washington, D.C.; la cuarta aeronave no pudo alcanzar su objetivo al impedir los pasajeros que se consumara el hecho, pero descendió estrepitosamente a tierra en una zona despoblada del estado de Pennsylvania, propició que el gobierno y el pueblo norteamericano respondieran con decisión y firmeza contra el alevoso ataque.

El ataque terrorista más estremecedor de la historia señala a los gobernantes Arafat, Hussein, Gadaffi, Castro, Chavez, y las guerrillas comunistas colombianas entre los países terroristas que tratan de debilitar a la civilización occidental. Los lectores deben recordar las palabras del tirano de Cuba, Fidel Castro,  cuando en gira reciente por los países terroristas, el 10 de mayo del 2001, hablando a los estudiantes en la universidad de Teherán, entre otras amenazas a Estados Unidos, dijo: “Estados Unidos es una nación vulnerable y nosotros tenemos los medios para poner al gobierno y el pueblo americano de rodillas”.

Una nación entera, unida por el dolor y el patriotismo, ha estado en los últimos días rezando constantemente por las víctimas de crimen tan horrendo y ha respaldado sin titubeos a su Presidente, el Congreso y a sus Fuerzas Armadas en la urgente llamada a la guerra.

Con los ojos aguados y tratando de contener sus lágrimas, el presidente George W. Bush prometió que Estados Unidos “llevará el mundo a la victoria” sobre el terrorismo, en una lucha que calificó como la primera guerra del siglo XXI.

Estados Unidos responderá a los ataques terroristas del martes pasado con una campaña militar prolongada, en lo posible en coalición con sus aliados, y no se reducirá a ataques aislados. La OTAN y los 18 aliados preparan la ayuda al invocar por primera vez en su historia , el quinto artículo del tratado fundador que obliga a los Estados miembros a ayudarse mutuamente si uno de ellos es atacado. Gran Bretaña, aliado tradicional de Estados Unidos, prometió a través de su primer ministro Tony Blair, el apoyo británico para las medidas estadounidenses contra quienes perpetraron los ataques terroristas, señalando que su país, al igual que Estados Unidos, está “en guerra contra el terrorismo”.

Seguramente que, respaldando las palabras del Presidente Bush de que se atacarán las concentraciones terroristas y “a los países que le dan albergue”,  el departamento de Estado tomó el insólito paso de convocar a los diplomáticos extranjeros para advertirles que sus gobiernos serían aislados si toleraban o asistían a grupos terroristas. Las cinco regiones del mundo recibieron el mensaje: Europa, el Cercano Oriente, el sur de Asia,

 África y América Latina. También se les pidió que desmantelaran cualquier grupo terrorista que estuviera operando en sus territorios.

La cooperación paquistaní es considerada crucial porque el principal sospechoso como autor de los ataques es Osama bin Laden, que ha vivido en Afganistán, vecino de Paquistán, quien ha prometido ayudarnos en esa parte del mundo, comentó recientemente el secretario de Estado, Colin Powell.

Si se demostrara la participación de un estado o gobierno en apoyo de los terroristas podría desatarse una guerra ya que Estados Unidos se defendería con todas sus fuerzas. El destierro cubano está, como es natural, al lado y en solidaridad con Estados Unidos en estos momentos  trascendentales en que hay que estar definido y firme luchando por los derechos humanos, la justicia, la paz y la Libertad entre las naciones. ¡Que Dios bendiga a América!

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9/17/01

 

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